lunes, 16 de agosto de 2010

El mago







Había una vez, un reino muy lejano, un rey al que le gustaba sentirse poderoso. El necesitaba, además, que todos le admiraran por ser poderoso, igual que a la madrasta de Blancanieves no tenía bastante con verse bella, también el necesitaba mirarse al espejo para que le dijera lo poderoso que era. Él no tenía espejos mágicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntar si era el más poderoso del reino.
Todos le decían lo mismo:
Alteza, eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee. Él conoce el futuro.
El rey estaba muy celoso del mago del reino, pues este no solo tenía fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además el pueblo lo amaba....No decían lo mismo del rey.
Quizá porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo ni ecuánime, y mucho menos bondadoso.
Un día, cansado de que la gente le contara de lo poderoso y querido que era el mago, quizás motivado por los celos y temores que genera la envidia, el rey urdió un plan: organizaría una gran fiesta a la que invitaría al mago, después de la cena, pediría la atención de todos. Llamaría al mago al centro del salón y, delante de los cortesanos, le preguntaría si era cierto que sabía adivinar el futuro. El invitado tenia dos posibilidades: decir que no, defraudando así a todos los demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. "YA SABÍA"....le pediría en que fecha iba a morir el mago del reino. Este daría una respuesta, un día cualquiera, no importaba cual. Entonces el sacaría su espada y lo mataría en ese mismo momento.
Los preparativos se iniciaron y muy pronto llegó el día del festejo.
Después de una gran cena, él hizo pasar al mago al centro y se dirigió a él: ¿Es cierto que puedes leer el futuro?-----Un poco----- dijo el mago
¿Y puedes leer tu propio futuro?-----Un poco-----dijo el mago
Entonces ¿Qué día morirás?. ¿Cuál es la fecha de tu muerte?, el mago sonrió, lo miro a los ojos y no le contesto. ¿Qué pasa mago?, ¿No lo sabes?. no, no es eso contesto el mago, pero lo que sé no me atrevo a decirlo.
- ¿Cómo te atreves?, - dijo el rey. Yo soy tu soberano. Debes de darte cuenta que es muy importante para el reino saber cuando perderemos a sus personajes más eminentes. Después de un largo silencio, el mago lo miro y dijo: No puedo precisarte la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día antes que el rey.
Durante unos instantes... El tiempo se congeló. Un murmullo corrió entre los invitados, el rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en adivinaciones, pero lo cierto es que no se atrevió a matar al mago. Los pensamientos se agolpaban en su cabeza, se dio cuenta de que se había equivocado.
Alteza, te has puesto pálido ¿Qué te sucede?, pregunto el invitado.---Me encuentro mal – contestó el monarca, Te agradezco que hayas venido....
El rey, volvió sobre sus pasos y dijo en voz alta: Mago, eres famoso en el reino por tu sabiduría. Te ruego que pases la noche en palacio, pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.
Esa noche, el rey no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto, pensando que pasaría si al mago le habría sentado mal la cena, o si simplemente le habría llegado su hora. Muy temprano por la mañana, el rey golpeó las habitaciones de su invitado, jamás había consultado antes de tomar sus decisiones, pero esta vez, en cuanto el mago le recibió, hizo la pregunta....Necesitaba una excusa, y el mago que era sabio, le dio una respuesta  correcta, creativa y justa.
Desde entonces, todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta la habitación del mago para consultarle y lo comprometía para una nueva consulta al día siguiente.
Pasaron los meses, y luego los años. Poco a poco el rey se fue volviendo más justo, ya no era autoritario, y seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder. Empezó a reinar de una manera sabia y bondadosa. Y sucedió que el pueblo empezó a amarlo como nunca lo había amado.
Una noche, hizo acopio de su coraje y fue hasta la habitación del mago------Hermano tengo algo que contarte......Dime, le dijo el mago--------y alivia tu corazón.
La noche que te invite a cenar planeaba matarte. Te odiaba, porque todos te amaban. El mago lo miro y le dijo:
Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todos modos, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que....YA LO SABÍA. Como justa devolución a tu sinceridad, debo decirte que yo también te mentí. Te confieso que invente esta historia de mi muerte antes que la tuya para darte una lección. Una lección que hasta ahora no has podido aprender, quizás sea lo más importante que te he enseñado.
Vamos por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o inútiles...... Sin embargo, si nos damos tiempo, terminamos dándonos cuenta de lo mucho que nos costaría vivir sin aquellas cosas que en otro momento rechazamos.
Cuenta la leyenda que, misteriosamente aquella noche el mago................... murió mientras dormía.
Cuentan que el rey se levantó y que cavó con sus propias manos, una tumba para su amigo el mago en el jardín, bajo su ventana. Y... recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación.
Cuenta la leyenda que esa misma noche, veinticuatro horas, después de la muerte del mago, el rey murió en su lecho mientras dormía.....
Quizá por casualidad.......
Quizá por dolor..........
Quizá para confirmar la ultima enseñanza de su maestro.

Extraído del libro Cuentos para pensar de Jorge Bucay.

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