jueves, 12 de marzo de 2015

La intensidad de la vida



El tiempo de la vida es el que es. El dinero se puede estirar y lograr hacerlo cundir. La ropa se puede usar hasta límites insospechados: a veces te cansas antes de ella que realmente esté inservible. Pero ¿Y el tiempo? No, no lo podemos estirar. El día sólo tiene 24 horas, ni una más ni una menos. Y el tiempo que cada uno tiene asignado para vivir está contado medido y pesado, aunque a veces nos vamos antes de la vida porque nuestra alma no soporta más.

Sólo podemos ser traperos del tiempo, aprovechar cada minuto del que tenemos, especialmente esos momentos que nos quedan en los trayectos de metro, autobús o tren, vivirlo intensamente, darle prioridad a lo que realmente queremos hacer. Nuestro tiempo es sagrado y debemos plantearnos si queremos aprovecharlo a fondo o queremos malgastarlo en cosas banales.

Tu vida será tan intensa como tú realmente quieras. Tú eres el que decides imprimir a la vida el ritmo que quieres que tenga. Los aprendizajes previamente previstos por tu alma llegarán, pero otros dependen de cuánto quieres tú aprender. Tú decides cuánto quieres evolucionar, qué conciencia quieres poner en los actos de tu vida, si quieres ser alguien que pasa por el mundo sin cambiarse a sí mismo ni a su entorno o quieres ser alguien que va transformando su ser para ser cada día más consciente y a través de su cambio interno transforma el mundo a su alrededor. Rosa Gómez

Las ocho cualidades de una mujer exitosa





Una mujer empresaria exitosa, una mamá ejemplar para sus hijos, una esposa enamorada de su marido, o la mejor amiga, confidente y consejera.
Estas son tan solo algunas facetas de las mujeres que saben la importancia de administrar bien su tiempo, para desarrollar cualidades de liderazgo y convertirse en un modelo a seguir.
El 4% de los cargos en las 500 empresas más importantes alrededor del mundo de Fortune son mujeres, según Elissa Sangster, la directora de la Fundación Forté. Este porcentaje se encuentra en constante aumento y existen diversas formas de alcanzar el éxito. Hoy en día las mujeres tienen las cualidades y herramientas al alcance de su mano para convertirse en la persona que siempre soñaron con llegar a ser.
Una mujer empresaria exitosa, una mamá ejemplar para sus hijos, una esposa enamorada de su marido, o la mejor amiga, confidente y consejera. Estas son tan solo algunas facetas de las mujeres que saben la importancia de administrar bien su tiempo.
Estas mujeres, además de estar actualizadas están conectadas en cada actividad que desarrollan durante el día, están enteradas tanto de su vida laboral como de la familiar, y saben perfectamente tanto qué hacen sus hijos y cómo está el mercado en su industria.
Por esta razón es tan importante la flexibilidad como estrategia corporativa en las empresas. Flexibilidad que permita una participación por igual de cada uno los empleados, enfocando el trabajo en resultados y en el cómo más que en el dónde. Esta alternativa permite un trabajo más productivo y, específicamente para las mujeres, brinda la oportunidad de encontrar un balance entre el trabajo y el hogar, logrando contribuir con el éxito de sus carreras.
Mujeres exitosas que siempre se ven perfectas, tienen tiempo de ir al gimnasio, pasar por la peluquería y tienen la capacidad de estar conectadas siempre con las tendencias actuales y con los que más aman. Pero, ¿cómo hacer para reconocerlas?
Es cierto que todas tienen la capacidad de desarrollar las siguientes características. Sin embargo, hay unas mujeres que ya las tienen claras en su estilo de vida y las ponen en práctica todos los días.
8 pautas para repensarnos:
  1. Segura: La primera cualidad debe ser la seguridad que tienen en ellas mismas y se refleja, a su vez, en todas las tareas que realizan, al desarrollar una capacidad de reacción efectiva ante los eventos inesperados de la vida y los riesgos que toman resultan emocionantes pero razonables.
  2. Visionaria: Esta es la capacidad que tienen de reconocer y aprovechar las oportunidades al máximo. Se trata de disfrutar siempre del presente mientras moldean el futuro que quieren disfrutar el día de mañana.
  3. Equilibrada: Deben poder crear un balance en su vida y ser completamente coherentes entre lo que hacen, piensan y comentan. Son mujeres capaces de dar todo de sí mismas y reconocen cuándo deben decir “no”.
  4. Positiva: Esta característica es fundamental, ya que la actitud positiva se puede difundir entre las personas cercanas. son perseverantes, y viven su vida apasionadamente.
  5. Enfocada: Saben cuáles son sus metas y trabajan disciplinadamente para llevarlas a cabo. Esta cualidad les permite tomar decisiones con claridad.
  6. Organizada: La organización es clave para cumplir con mayor eficiencia con las responsabilidades sin dejar de lado la vida personal. Se apoya en la tecnología para lograrlo.
  7. Comunicativa: Tienen la inteligencia de crear y mantener óptimas relaciones interpersonales ya que, por su naturaleza, la mujer es conciliadora.
  8. Actualizada: Finalmente debe estar informada y actualizada sobre las últimas tendencias que aparecen en el mundo para tener una visión completa de su contexto actual, y se mantiene conectada en los diferentes aspectos de su vida todo el tiempo.
Estas características deben estar presentes en la vida personal, laboral y sentimental de una mujer exitosa, para desarrollar cualidades de liderazgo y convertirse en un modelo a seguir.

domingo, 8 de marzo de 2015

El poder del hábito



Charles Duhigg en The Power of Habit aborda la piedra filosofal de la felicidad de las personas y de la eficiencia de las organizaciones: sus hábitos.
Durante el siglo XX y el XXI hemos comenzado a desvelar los misterios del cerebro, la neurociencia avanza a pasos de gigante. Los beneficios de la comprensión del cerebro, de cómo funcionamos son inmensos. Saber cómo creamos nuestros hábitos y poder modificarlos es la piedra Rosetta del bienestar individual y colectivo.
Duhigg, a partir de la disección de los hábitos en los seres humanos, los extrapola a las organizaciones mediante el estudio de tres grandes compañías que en la comprensión y el cambio de sus hábitos estuvo su futuro. Nos cuenta los casos de Alcoa, Starbucks y el Hospital Rhode Island, pero antes profundiza en cómo se generan y cómo se pueden modificar en los individuos.
Algunas pinceladas para comprender el poder de los hábitos tienen que ver con que el cerebro no distingue entre hábitos buenos y malos, una vez creado ‘salta en automático’, tiene vida propia en aras de la eficiencia vital. Solo hay un inconveniente, si es un mal hábito (ya sea en una persona o en una empresa) nos estará arruinando la vida. La única opción es saber cómo se genera y cómo podemos cambiarlo.
Con observar nuestra vida o la de nuestro entorno laboral, podemos atisbar el poder que los hábitos. De hecho el 40% de nuestros actos diarios son rutinas que han creado el mapa de nuestros comportamientos (individuales u organizacionales). Así, transformar un hábito implica conocer cuál es el detonante y la recompensa con el objetivo de poder cambiar la rutina que los vincula. No es sencillo y lleva tiempo conseguirlo, pero es posible.
Duhigg expone cómo el conocimiento de la neurología y la psicología permite vincular los hábitos a patrones sociales; el entender cómo funcionan nos posibilita modificarlos. El ciclo de un hábito comienza cuando las decisiones que se toman de forma deliberada y consciente son tan frecuentes que las interiorizamos, y dejamos de ‘decidir’ para ‘hacer’, pues la naturaleza del cerebro es convertir cualquier situación vivida en rutina, con tal poder que deja fuera de juego al sentido común e, incluso, a la voluntad. Básicamente para ahorrarnos energía y esfuerzo.
El experto en su análisis no se limita a divulgar cómo se generan los hábitos en las personas y las organizaciones, el valor fundamental de su obra es que aporta claves vitales y casos para encontrar en sus páginas una guía práctica. Regala a sus lectores el reto para el cambio cultural: “El problema es que los hábitos organizacionales no han sido diseñados deliberadamente. La solución pasar por ser capaces de establecer el modelo de organización que se desea y el tipo de hábitos asociados a ella, trazar un plan y ser consecuentes”.

Para Duigg, tener un objetivo claro o algo por lo que luchar, teniendo presente el resultado final para superar los baches del camino; celebrar los pequeños logros por sencillos que sean y repetir con tesón los hábitos positivos, son los pequeños pasos que podemos dar día a día para lograr grandes cambios.

¿Qué tienen en común las mujeres exitosas?




1. Confianza Personal. Nutren su autoestima, como el alimento de todos los días. Confían en sus habilidades, recursos, conocimientos, en su belleza, inteligencia y decisiones.
2. Encuentran su propósito de vida, su pasión. Se dedican a realizar aquello que las hace vibrar de emoción y alegría.
3. Cuentan con un proyecto con misión social. Son mujeres con mucha consciencia, adoptan un sector vulnerable y deciden crear empresas, organizaciones o proyectos enfocados a resolver ciertos problemas que nos aquejan en el mundo.
4. Se enfocan en lo positivo, en las bendiciones. Cualquier cosa por la que puedas estar pasando tiene su razón de ser, hay algo que tienes que aprender con lo que vives hoy para seguir escalando.
5. Toman consciencia de sus talentos/habilidades/recursos/conocimientos y los ponen a trabajar a su favor y al servicio de los demás.
6. Tienen sueños, metas, aspiraciones. Los sueños son el combustible para seguir avanzando, es la fuente de motivación para no quedarse a mitad del camino. ¿Con qué sueñas?
7. Construyen una red profesional de contactos que pueden ayudarles a escalar puestos, vender, recibir mentoría, coaching.
8. Tienen una marca personal de liderazgo ¿Qué te distingue como mujer, como persona?
9. Hacen equipo, más que ser competitivas aprenden a sumar y multiplicar talentos.
10. Son Agradecidas, son mujeres que dan gracias por la vida que tienen, por las experiencias que tienen, sean tristes o felices.

Hasta aquí algunos ingredientes, ¿cuál otro agregarías?

Recuerda de dónde vienes


Latiff era el mendigo más pobre de la aldea. Cada noche dormía en zaguán de una casa distinta, frente a la plaza del pueblo. Cada día tenía un breve descanso BAJO un árbol distinto, con mano extendida y perdido en sus pensamientos.
Cada noche comía de las limosnas o las migajas que alguna persona caritativa le traía. Sin embargo, a pesar de su aspecto y la manera en que pasaba sus días, Latiff era considerado por todos COMO el hombre más sabio del pueblo, no tanto por su inteligencia, sino por lo que había vivido.
Una soleada mañana el rey apareció en la plaza, rodeado por sus guardias, caminando ENTRE los frutos sin buscar nada en especial. Riendo ante los mercaderes y compradores, el rey y su séquito tropezaron con Latiff, quien dormitaba a la sombra de un roble.
Alguien le dijo al rey que estaba frente al más pobre de sus súbditos, PERO también ante uno de los hombres más respetados debido a su conocimiento.
El rey, divertido, se acercó al mendigo y le dijo: "Si puedes contestar mi pregunta, te dare esta moneda de oro". Latiff la miró y casi con desprecio le contestó: "Usted PUEDE quedarse con su moneda, ¿qué haría con ella de todas maneras? ¿Cuál es su pregunta?"
El rey se sintió desafiado por la respuesta y en vez de una pregunta banal, le hizo una que le estaba molestando por días y que no podía resolver; un problema de bienes y recursos que los analistas no habían podido solucionarle.
La respuesta de Latiff fue sabia y creativa. El rey se sorprendió; dejó la moneda a los pies del mendigo y CONTINUÓ con su camino al mercado, reflexionando sobre lo ocurrido. Al día siguiente regresó directamente a donde descansaba Latiff; esta vez bajo un olivo.
Otra vez el rey le planteó una pregunta y nuevamente Latiff la contestó rápida y sabiamente. El rey volvió a sorprenderse ante tanta inteligencia. En un acto de humildad, se sacó sus sandalias y se sentó enfrente de Latiff.
"Latiff, te necesito", dijo el rey. "Estoy abrumado por las decisiones que un rey tiene que tomar. No quiero lastimar a mi pueblo y tampoco quiero ser un rey malo. Te pido que vengas al palacio y seas mi consejero. No temas; te prometo que serás respetado y que podrás irte cuando quieras. por FAVOR".
Ya sea por compasión, por servir o por la sorpresa, Latiff, tras pensarlo un poco, aceptó la propuesta del rey. Esa misma noche Latiff llegó al palacio donde inmediatamente le asignaron un lujoso cuarto. El cuarto estaba cerca al del rey y tenía una tina llena de esencias y agua tibia esperándole.
Durante las siguientes semanas las consultas con el rey se tornaron habituales. Cada día en la mañana y en la tarde, el monarca consultaba a su nuevo consejero sobre problemas de su reino, de su propia vida o de sus dudas espirituales. Latiff siempre contestaba con claridad y precisión y se convirtió en el vocero favorito del rey.
Tres meses tras su arribo, no había decisión que el monarca tomase sin consultar primero a su apreciado consejero. Obviamente esto desató el celo del resto de los consejeros. Veían en el mendigo una amenaza a su propia influencia. Un día, todos los consejeros pidieron una audiencia privada con el rey. Muy cautelosos y con gravedad le dijeron: "Su amigo Latiff está conspirando para destronarlo". El rey dijo: "No puedo creerlo". "Puede CONFIRMARLO con sus propios ojos", le dijeron. "Cada tarde, como a las cinco, Latiff se escabulle del palacio hacia el ala izquierda y entra en un cuarto oscuro. Se reúne con alguien en secreto, aunque no sabemos con quién. Le hemos preguntado dónde va todas esas tardes pero nos da respuestas evasivas. Su actitud nos alertó con respecto a la conspiración".
El rey se sintió defraudado y lastimado. Tenía que CONFIRMAR este informe. Esa tarde como a las cinco, esperó a Latiff bajo las escaleras. Vio a Latiff llegar a la puerta y mirar a su alrededor, con una llave colgando de su cuello. Abrió la puerta de Madera y se escabulló secretamente en la habitación. "¿Lo vio?" los otros consejeros le gritaron. "¿Lo vio?"
Seguido por su guardia PERSONAL, el monarca tocó a la puerta. "¿Quién es?" preguntó Latiff desde dentro. "Soy el rey", contestó, "ábreme la puerta". Latiff abrió la puerta. No había nadie dentro, excepto Latiff. No había otras puertas o ventanas, no había accesos secretos o moblaje alguno en que alguien pudiese ocultarse.
Dentro de la habitación solo había una plato desgastado de madera; en una esquina, un bastón y en el centro del cuarto, una tunica raída colgando de un gancho en el techo. "¿Estás conspirando contra mí, Ltiff?" preguntó el rey.
"¿Cómo podría, su Majestad?" contestó Latiff. "De ninguna manera. ¿Por qué lo haría? Hace tan solo seis meses, cuando llegué, lo único que tenía era esta túnica, este plato y este bastón. Ahora me siento tan cómodo en la ropa que visto y con la cama en que duermo, me siento tan honrado por el respeto que me brinda y tan fascinado por el poder que me ha concedido. de estar cerca de Ud. que cada día vengo aquí para tocar esta vieja túnica para asegurarme que recuerde. quién soy y de dónde vengo.
Muy cierto. Nunca debemos olvidar quiénes somos y de dónde venimos. La vida da vueltas y BIENpudiéramos regresar al mismo lugar.




jueves, 5 de marzo de 2015

El camino de la abundancia





Fragmento de "El camino de la abundancia", de Deepak Chopra

La abundancia es la experiencia en la que nuestras necesidades se satisfacen con facilidad y nuestros deseos se cumplen espontáneamente. Sentimos alegría, salud, felicidad y vitalidad en cada momento de nuestra existencia.
Cuando arraigamos en la naturaleza de la realidad y, al mismo tiempo, sabemos que esa realidad es nuestra propia naturaleza, comprendemos que somos capaces de crear cualquier cosa, porque todo el material de la creación tiene el mismo origen. La naturaleza acude al mismo sitio para crear un conjunto de nebulosas, una galaxia de estrellas, una lluvia en el bosque o un cuerpo humano, igual que para crear un pensamiento.
En la creación, todo lo material, todo lo que podemos ver, tocar, oír, gustar u oler, está hecho de la misma sustancia y proviene de la misma fuente. El conocimiento concreto de este hecho nos da la capacidad de satisfacer cualquier deseo, de adquirir cualquier objeto material, y de gozar de la plenitud y de la felicidad, cualquiera sea el límite a que aspiremos.
Según la ciencia, todas las cosas materiales, sean automóviles, cuerpos humanos o billetes, están hechos de átomos. Estos, a su vez, están compuestos de partículas subatómicas que son fluctuaciones de energía e información, en un inmenso vacío de energía e información.
Sin entrar en detalles, la conclusión básica de los teóricos de los campos cuánticos es que la materia prima del mundo es inmaterial; la sustancia esencial del universo no es materia. Toda nuestra tecnología se basa en ese hecho, y es la ruina suprema de la superstición materialista de la actualidad.
Las máquinas de fax, las computadoras, las radios, la televisión, son posibles porque los científicos ya no creen que el átomo, unidad básica de la materia, sea una entidad sólida. El átomo no es en absoluto una entidad sólida: es una jerarquía de estados de información y energía en el vacío de todos los posibles estados de información y energía.
La diferencia entre un objeto material y otro objeto material , por ejemplo entre un átomo de plomo y uno de oro, no se encuentra en el nivel material. Las partículas subatómicas,protones, electrones, quarks y bosones que componen tanto el átomo de oro como el de plomo son exactamente las mismas. Más aún, aunque las llamamos partículas, no son objetos materiales sino impulsos de energía e información. Lo que diferencia el oro del plomo es la disposición y la cantidad de esos impulsos.
Toda creación material está estructurada sobre la base de información y energía. En esencia, todo suceso cuántico es una fluctuación de energía e información. Y esos impulsos de energía y de información son la fuente que constituye todo lo que consideramos sustancia o materia.
Por lo tanto, resulta claro que no sólo la sustancia esencial del universo no es materia, sino que es "no materia pensante". Pues, ¿qué otra cosa es un pensamiento, sino un impulso de energía e información?
Imaginamos que los pensamientos sólo surgen en nuestra cabeza, pero ello se debe a que los experimentamos como pensamiento estructurado de manera lingüística, que se expresa verbalmente y que nos habla en nuestro idioma. Sin embargo, esos impulsos de energía e información que consideramos pensamientos, esos mismos impulsos, son la materia prima del universo.
La única diferencia entre los pensamientos que están dentro y fuera de mi cabeza consiste en que veo los que están dentro estructurados en términos lingüísticos. Pero antes de que un pensamiento se haga verbo y pueda experimentarse como lenguaje es solo intención. Es, insisto, un impulso de energía e información.
En otras palabras, en el nivel preverbal, toda la naturaleza habla el mismo lenguaje. Todos somos cuerpos pensantes en un universo pensante. Y, de igual manera que el pensamiento se proyecta en las moléculas de nuestro cuerpo, los mismos impulsos de energía e información se proyectan como sucesos en el espacio-tiempo de nuestro ambiente.
Tras la apariencia visible del universo, más allá del espejismo de las moléculas, del maya o ilusión del mundo físico, subyace una matriz invisible por definición, constituida por la nada. Esa nada invisible orquesta, instruye, guía, gobierna y obliga en silencio a la naturaleza a expresarse a través de una creatividad infinita, de una abundancia infinita, y de una exactitud sin errores en incontables diseños, modelos y formas.
Las experiencias de la vida son el continuum, esa matriz sin costuras de la nada, en ese todo de cuerpo y medio ambiente, de éxito y fracaso, de riqueza y pobreza. En apariencia, todo eso nos sucede pero, en niveles muy primarios, nosotros hacemos que sucedan.
Los impulsos de energía e información que crean nuestras experiencias se reflejan en nuestras actitudes hacia la vida. Y esas actitudes son el resultado de impulsos autoengendrados de energía e información.


El vuelo de los gansos


Reflexiones

La próxima temporada, cuando veas los gansos emigrar dirigiéndose hacia un lugar más cálido para pasar el invierno, fíjate que vuelan en forma de V corta.
¿Tal vez te interese saber el por qué lo hacen en esa forma?
Lo hacen porque al batir sus alas, cada pájaro produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él.
Volando en V la bandada de gansos aumenta, por lo menos, un 71 % más su poder de vuelo, en comparación con un pájaro que vuela solo.
Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rápidamente porque ayudándonos entre nosotros, los logros son mejores.
Cada vez que un ganso sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire; se da cuenta de la dificultad de hacerlo sólo y rápidamente vuelve a la formación para beneficiarse del compañero que va adelante.
Si nos unimos y nos mantenemos junto a aquellos que van en nuestra misma dirección el esfuerzo será menor. Será más sencillo y más placentero alcanzar las metas.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los lugares de atrás y otro ganso toma su lugar.
Los hombres obtenemos mejores resultados si nos apoyamos en los momentos duros, si nos respetamos mutuamente en todo momento compartiendo los problemas y los trabajos más difíciles.
Los gansos que van atrás graznan para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad.
Una palabra de aliento a tiempo ayuda, da fuerza; motiva, produce el mejor de los beneficios.
Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos salen de la formación y lo siguen para apoyarlo y protegerlo.
Si nos mantenemos uno al lado del otro, apoyándonos y acompañándonos, si hacemos realidad el espíritu de equipo, si pese a las diferencias podemos conformar un grupo humano para afrontar todo tipo de situaciones, si entendemos el verdadero valor de la amistad, si somos conscientes del sentimiento de compartir, la vida será más simple, y el vuelo de los años más placentero.

Ángeles


¿Cuántas personas nunca han escuchado una expresión sobre ángeles de algún modo u otro?
Él o ella “debe tener un ángel guardián” es un comentario que solemos escuchar cuando una posible tragedia termina con un final feliz. Vemos a estas hermosas criaturas aladas en películas, televisión, libros y revistas. Lo que me sorprende es que con esta “familiaridad” generalizada con el tema, se le haya prestado poca atención al origen de dicha familiaridad o a los orígenes de los ángeles.
Los ángeles, junto con sus nombres hebreos, son sólo otro ejemplo, sólo otro aspecto de la rápida “Internet” del conocimiento revolucionario que ahora está infiltrando la conciencia de la humanidad. En nuestra vida moderna, plagada de cambios repentinos, la adaptación inmediata es nuestra única opción. Tenemos que tomar el canal rápido o quedarnos atrás. Con la llegada de la era computarizada nos la hemos arreglado para afrontar el problema de enfrentarnos a lo desconocido y tener que aprender una nueva gama de conceptos y lenguaje.
Esta idea se aplica a cómo podemos abordar el conocimiento (desconocido para la mayoría de nosotros) sobre los ángeles. Podemos rechazar la idea de recurrir a algo que suene desconocido (Estoy totalmente consciente de que puede representar un dilema para muchos enfrentarse a una combinación extraña de letras hebreas y nunca haber tenido contacto con otro idioma aparte del español) o podemos aceptar esta herramienta universal para mejorar nuestra vida, sin importar nuestros problemas personales. Se ha hecho antes y sucederá otra vez.
La diferencia ahora, la ventaja que tenemos en esta era de Acuario sobre los días del inicio de la era computarizada es cuán disponible se ha vuelto la información ahora, incluyendo la información sobre ángeles. Está en todos lados. Al mismo tiempo, no debemos olvidar que el tema de los ángeles no es nuevo, pues su origen data de hace 4000 años.
Históricamente, el mito y la fantasía parecen unirse para desempeñar un papel en la determinación de nuestra actitud y nuestra creencia sobre los ángeles. Pregúntale a un cínico empedernido sobre ángeles y podrías tener una respuesta como “Soy de Misuri” (*). Pero, ¿esta actitud pragmática de “muéstrame” niega una creencia en los ángeles?
En mi experiencia personal, las personas que adoptan esta perspectiva parecen lidiar con un problema de ego. Ellos simplemente no son capaces de abordar la idea de que hay más en la realidad de lo que se ve a simple vista. Reconocer que esas fuerzas invisibles y metafísicas existen puede hacerles llegar a una aun más inquietante conclusión; que no están en control total. Después de todo, ¿cómo se puede volver a confiar en un mecanismo de decisiones si fuerzas invisibles contribuyen en todos los desenlaces?
Los físicos del siglo XX llegaron a la conclusión de que nuestro universo opera bajo la jurisdicción del “principio de incertidumbre”. Este principio dice que la humanidad no puede seguir estando segura de su nivel de existencia antiguo y conocido, de nuestro proceso de pensamiento y sus resultados. Aparentemente, dicen los físicos, existen fuerzas metafísicas e inmateriales, fuerzas de energía de conciencia de las cuáles casi no estamos conscientes, pero que influyen en nuestra vida diaria ejerciendo un grado inusual de conciencia presurizada en nuestro cerebro, en nuestra mente.
La siguiente digresión claramente muestra la ineficiencia de nuestro proceso de pensamiento. Tómate un minuto diario y siéntate en un lugar muy tranquilo, intenta tranquilizar tu mente, libérala de cualquier pensamiento. ¡Son pocas las personas que logran tranquilizar su mente por completo por todo un minuto!
Entonces, ¿De dónde vienen todos esos pensamientos intrusos? O, mejor dicho, ¿quién nos habla constantemente? Pareciera como si hubiese  otro ser humano frente a nosotros, ¿con quién estamos teniendo esta conversación interactiva? ¿Quiénes son estos amigos, o enemigos, invisibles? ¿Con quién interactuamos y reaccionamos de manera tan natural y automática?
Pocos de nosotros estamos conectados todo el tiempo con lo que realmente tenemos a mano. Podemos deambular en cualquier dirección en cualquier momento, casi como si estuviésemos en un vehículo. Pero es algo o alguien más quien realmente “maneja el volante”, quien nos da instrucciones sobre a donde debemos ir.
La mayoría del tiempo le prestamos poca o ninguna atención a estos provocadores diálogos internos que consumen tanto tiempo. Pero esta digresión claramente revela el poco control que tenemos hasta en nuestros propios pensamientos. Si no podemos controlar nuestros pensamientos, ¿cómo podemos esperar controlar nuestra vida?
Esto nos lleva al tema principal. Los ángeles, como lo dice el Zóhar o Libro del esplendor, son las fuerzas que canalizan la inteligencia energética en sus distintas formas. En el Zóhar está escrito que las acciones negativas (como romper algo) atraen las fuerzas de los ángeles destructivos hacia nosotros. Los actos espirituales y de compartir crean una afinidad con el aspecto positivo de la energía, atraen ángeles positivos hacia nosotros.
El gran Kabbalista Rav Isaac Luria, conocido como el Arí, explica en sus escritos que los ángeles son fuerzas de energía, tanto buenas como malas, que se forman con las palabras y los actos de la gente. Cuando una persona se ocupa con espiritualidad, oración, meditación y actos de compartir, el soplo de aire que sale de su boca se convierte en una carroza, un vehículo para estos ángeles, ellos son informantes de nuestra propia creación. Aunque estas entidades positivas y negativas han existido desde mucho antes de que llegáramos a este mundo, ellas permanecen pasivas, en un estado de suspensión, hasta el momento en el que creemos la prenda adecuada o el vehículo a través del cual se revelen o se manifiesten.
En otras palabras, la buena suerte o la tragedia no son acontecimientos que son simple y repentinamente impuestos por un Creador bondadoso y compasivo o por un Señor enojado y antipático.  Somos directamente responsables de los ángeles de nuestra vida y de los ángeles que nos contactarán. Los ángeles no tienen libre albedrío, su esencia consiste en un paquete particular de energía que es atraído por nuestras palabras y actos.
Lo que parece salir de los escritos del Arí es que, aunque los ángeles fueron creados por el Creador con el solo propósito de mantener el balance en el cosmos, ellos han “evolucionado” en entidades que el hombre “crea” por sí solo. El hecho de que ayuden o trabajen en nuestra contra depende de la pureza y del nivel de conciencia de cada individuo.
Como personas de fe estamos sistemáticamente condicionados a bendecir al Señor cuando tenemos buena suerte en nuestra vida. De igual manera, estamos condicionados a aceptar sin réplica el maravilloso castigo que a veces invade nuestro tranquilo hogar (Dios no lo quiera).
Sin embargo, desde una perspectiva kabbalística, vemos la verdadera y absoluta naturaleza del Creador simplemente como naturaleza de “compartir”. Si más gente tuviera este entendimiento y conciencia, creo que podríamos llevar nuestras inquietudes más allá de preguntar cómo nuestro Creador puede manifestar o permitir el nivel de violencia que encontramos en nuestra sociedad, holocausto tras holocausto.
Quizá, como sociedad, sentiremos la necesidad de elevar nuestra conciencia, particularmente cuestionando la manera en la que nos comportamos los unos con los otros. Con ese tipo de conciencia elevada, sabremos que nuestras palabras tienen poder y tendremos más cuidado con lo que decimos. Veremos la conexión que hay entre nuestras palabras y nuestras acciones, y sus efectos combinados e influencia en nuestra vida y el mundo que nos rodea.
Desafortunadamente, este conocimiento no es ampliamente comprendido. Pero no tengo duda de que si las personas estuvieran informadas sobre este y otros principios kabbalísticos sobre las leyes universales de nuestro cosmos, el caos y la negatividad (mayormente conocida como la ley de Murphy) dejarían de existir.
El Arí se centra en otro elemento, la posición y el papel que desempeña el arcángel en la interacción universal de todas las fuerzas y entidades. Es muy evidente que el gran Kabbalista no dejó espacio para culpar a los demás del infortunio. La ley de Murphy o la segunda ley de la termodinámica de Maxwell (la cual sostiene que la entropía llevará toda la existencia a un final caótico) son maniobras empleadas por Satán para convencernos de evadir nuestras responsabilidades al culpar a algo que no sea nosotros mismos, al buscar chivos expiatorios (algo parecido a la reacción de los israelitas que erigieron el becerro de oro).
Solo recientemente la humanidad se dio cuenta de que las respuestas y soluciones a sus problemas no vendrán de afuera sino que deben originarse en el interior a través del conocimiento y conciencia del individuo. Gobierno, medicina, economía “según los expertos”, estos aspectos ya no son vistos como remedios que lo curan todo. Cada persona necesita asumir la responsabilidad de crear su propio destino. El momento ha llegado.
El tema de los ángeles ha tomado nueva relevancia e importancia. La información sobre los ángeles es más que información, es conocimiento, una herramienta necesaria para tener una vida libre de caos. Sin embargo, como la humanidad ha sido descuidada sobre tratar el tema de la responsabilidad, ese conocimiento ha permanecido oculto e inaccesible.
Hasta ahora hemos comprendido que el hombre es el creador de lo que yo llamo ángeles primarios. A veces, nuestra meditación consciente puede combinarse con la fuerza de estos ángeles primarios para traer al escenario lo que llamo ángeles secundarios. Estos son los arcángeles y otros tales como el Ángel de la Muerte que ya existía en el momento de la creación.
“Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella” (Génesis 28:12). En la discusión sobre este versículo, el Zóhar pregunta, en la medida en que los ángeles son entidades superiores, ¿el versículo no debería decir “descendía y subían”? Aquí el Zóhar también hace una distinción: los ángeles que operan en el campo energético de Israel subían, mientras que los ángeles de menos energía descendían para acompañarlo.
En otras palabras, hay niveles de ángeles distinguibles y diferenciables. En esta historia se necesitaba un cambio de guardia. Yaakov fue informado sobre esto en su sueño. Así supo que debía atraer los ángeles a él. Particularmente, tenía que atraer hacia él los ángeles que servían dentro de ese teatro de operaciones encomendado para proveer la protección que él tanto necesitaba en ese momento.
El Zóhar dice que el conocimiento provee la conexión necesaria. Saliendo de la tierra de Israel, si Yaakov no hubiera sido concientizado sobre el cambio de guardia, podría haber quedado abandonado y tener que valerse por sí mismo.
Existen distintos tipos de ángeles para cubrir variados, mejor dicho infinitos, planes y propósitos. Por ejemplo, hay ángeles apropiados para llevar mensajes al Señor. Además, cada día trae consigo una multitud de ángeles distinta para remplazar a los del día anterior, cada ángel tiene asignada una tarea y un propósito distinto.
El tema de los ángeles no debe ser considerado como una noción curiosa que simplemente captura nuestra imaginación. Debe ser considerado como un tema serio. Nuestra vida podría ser afectada por este conocimiento. Un ángel es una poderosa entidad de fuerza de Luz, aunque no siempre sea un “ángel guardián”.
Más famoso y conocido que el ángel guardián, temido por tradición, es el Ángel de la Muerte. Según el Zóhar, el origen del más caótico de los ángeles puede ser trazado hasta la serpiente del Jardín del Edén. Confinado a los límites del Árbol de la vida, el beso de muerte metafísico y físico del reptil permaneció inactivo. Pero cuando la serpiente convenció a Eva de unírsele, desobedeciendo así el mandato del Señor al comer la fruta prohibida del Árbol del Conocimiento, se iniciaron las bases de la Ley de Murphy y no hubo nada que lo parara hasta el Monte Sinaí.
Aún en aquel momento, la liberación del caos no fue duradera. Un cambio abrupto en la conciencia de los israelitas se observó con la construcción del becerro de oro. Y desde eso, el mundo ha padecido dolor y sufrimiento al antojo del temido Ángel de la Muerte.
El Zóhar dice que ningún individuo muere por alguna causa física. No existen las fallas cardiacas. No hay ninguna función corporal vital que simplemente deje de funcionar. El único culpable de la mortalidad es el Ángel de la Muerte, éste es libre de entrar cuando creamos aperturas en nuestro cuerpo.
En nuestra búsqueda de la inmortalidad, requerimos de los servicios de los ángeles. Al activar la energía positiva que se genera con la oración y la espiritualidad, estos ángeles responden sirviendo de escudos protectores y transporte. Estos ángeles positivos se combinan con nuestras actividades colectivas positivas para reducir la habilidad de Satán para inmiscuirse en nuestro universo.
Este es un esfuerzo monumental, su éxito requiere de la participación de toda la humanidad. El prerrequisito será una revisión total de la conciencia de toda la humanidad. Es necesario que toda la humanidad haga un esfuerzo concertado para incrementar nuestra conciencia, sensibilidad y tolerancia colectivas.
Ahora que hemos visto La Guerra de las Galaxias, Cazadores del Arca Perdida y Día de la Independencia, nuestra imaginación ha sido activada. Más personas pensamos y buscamos qué son los ángeles. El teatro de operaciones no es “en algún lugar”. Esta batalla en curso, este encuentro, ocurre en cada momento de cada día, día tras día, todo el año, dentro de cada uno de nosotros.
¿Dónde está el Señor? Una parte del Señor está en nuestro interior. ¿En dónde está el Arca? Una parte del Arca está en nuestro interior.
Somos Dios. Somos el Arca. La diferencia entre Dios y nosotros es que Dios es quantum, incluye todo. Nosotros sólo somos una parte. La diferencia entre nosotros y el Arca es que el Arca también es quantum, incluye todo. Nosotros sólo somos una parte.
Al entender el poder que el conocimiento sobre los ángeles nos puede dar, comenzamos a ver que los ángeles ya no sólo son para historias de niños. Sin embargo, de varias maneras, el concepto de los ángeles ha sido mantenido con vida a través de esas historias infantiles que no cayeron ante la Ley de Murphy. ¿No es impresionante cómo la verdad atrae a los niños?
Gracias a todos esos ángeles guardianes con tan bellas alas.

El mérito de ser feliz



Hay algunas cosas que ya tienes claras sobre ti. Y hay otras zonas que quizá necesitan más trabajo. Claves para diseñar tus herramientas y emociones positivas.

OBSERVA TU HOY
Para armar tu propia receta, fijate en qué momento de tu vida estás, cómo fue tu año y de dónde estás viniendo. Ten en cuenta que eso que necesitas hoy es producto de lo que hiciste ayer. "¿En qué estás hoy?", sería la pregunta básica. La ecuación es siempre la misma (¡solo que la olvidamos con mucha facilidad!): se trata de sentir, aceptar y fortalecer tus zonas más débiles y celebrar todas las virtudes y dones que tiens. Claro, como amamos las cosas que nos salen bien, a veces tendemos a abusar de ellas, mientras que, al mismo tiempo, evitamos por todos los medios enfrentarnos a eso que sabemos que es nuestro talón de Aquiles. No es tu culpa; nuestra mente lo hace prácticamente sola. Por eso, hay que darle un empujoncito consciente y obligarnos a salir de la zona de confort practicando - o al menos intentando aunque sea torpemente - aquello que te sale mal. Naturalmente, no te va a salir de una. Hay que entrenarlo, igual que lo haces en una clase de gimnasia: ponle música y onda y rodéate de buenas compañías que te estimulen. Aleja las críticas y la queja, que nunca aportan a la hora de trabajar en tus debilidades.
ACEPTA QUE LA "BASURITA" VA A SEGUIR EXISTIENDO
No hace falta decir que la vida no es color de rosa. Simplemente porque no lo es. Ni lo va a ser nunca. No hay vida sin momentos malos. Por eso, es clave que siempre tengas a mano tu "tachito de basura mental", ese lugar en donde puedas poner todo eso que no te gusta. Para no quedarte estancada ahí. Si te pasa algo malo, deja que pase. Aceptalo, súfrelo, aguántate un poco. ¡Cuesta, sí, lo sabemos!, pero trata de dirigir tu pensamiento a las pequeñas cosas valiosas que vas haciendo para salir de ahí (por más que sean cosas chiquitas, valen muchísimo). Ahí reside la verdadera fortaleza. Llénate de aceptación y rodeate de buenas compañías, para poder sentirte un rato perdedora sin riesgos y no entrar en pánico.
CONECTATE CON TU "YO QUE VIVENCIA"
Nuestra concepción interna del tiempo es otro eje clave para disfrutar más. A nuestro cerebro le gusta pensar que todo es para siempre. Y tú tienes que estar ahí, atenta, para avisarte que no es así. Que todo -hasta lo más tremendo- pasa.
EMOCIONES POSITIVAS
En su libro La auténtica felicidad, el psicólogo Martín Seligman - uno de los pioneros de la psicología positiva - explica el objetivo de estas emociones: "Amplían nuestros recursos intelectuales, físicos y sociales y los hacen más perdurables; acrecientan las reservas a las que podemos recurrir cuando se nos presenta una amenaza o una oportunidad. Cuando estamos de talante positivo, las personas como nosotros mejoran, y la amistad, las relaciones amorosas y las coaliciones tienen más probabilidades de prosperar. A diferencia de las limitaciones que induce la emoción negativa, nuestra actitud mental es expansiva, tolerante y creativa. Estamos abiertos a nuevas ideas y experiencias".
¿Qué piensas de estas herramientas personales para transitar el camino hacia la felicidad? 

Las cinco heridas de la infancia que te impiden ser tú mismo




Pocas son las personas que podrían contarse entre quienes han tenido una infancia exenta de sin sabores y limitaciones, ya que todas las personas durante la infancia, en mayor o menor grado, de una u otra forma, hemos tenido experiencias agradables y desagradables, necesidades insatisfechas o asuntos inconclusos que si no los enfrentamos y resolvemos, nos acompañarán a lo largo de toda la vida, la mayoría de las veces afectando nuestra autoestima y por tanto las relaciones con los demás.
A estas experiencias dolorosas se les ha llamado heridas y la mayoría de las veces son resultado de experiencias vividas con los padres o con los adultos significativos.
Herida de rechazo:
El adulto que tiene esta herida vivió experiencias de rechazo en su niñez y tendrá la tendencia a rechazarse a sí mismo y a los demás, también rechazará experiencias placenteras y de éxito por el profundo sentimiento de vacío interno y por tener la creencia errónea de ser ”poco merecedor.” Culpa a los demás de ser rechazado y sin ser consciente de ello, es él quien se aisla creando así su círculo vicioso.
Su principal conducta es la de huidizo. Tiende a huir de las situaciones desagradables. No es muy partidario a socializar y tiende a abandonar lo que inicia. No se apega a las cosas ni a las personas. Considera sus relaciones y su dinero útiles aunque no le generan placer.
No sirvo para nada, lo que digo no le importa a nadie, no sé para que participo, no tengo capacidad para hacer esto, soy malo para esto, nadie me escucha… Éstos son los tipos de pensamientos que tiene y la forma de expresarse ante una dificultad.
Requiere trabajar las situaciones que le generan pánico, sus miedos internos y sus temores.
Afecta a la persona en el nivel del SER.

Herida de abandono:
La soledad se convierte en el peor miedo de quien vivió abandono en la infancia. Y su herida se convierte en su paradoja: “Quien vivió abandono tenderá a abandonar proyectos y parejas, hasta que haga consciente su carencia y se haga responsable de su vida y su soledad. Y piensa: Te abandono yo, antes de ser abandono por ti”.
Su principal conducta es la de dependiente. Su mayor temor es la soledad y no soporta estar a solas consigo mismo; al final acaba estando solo. Es retraído, no le gusta el contacto con los demás. Genera un verdadero drama ante una mínima situación sin importancia. Solicita y busca el apoyo de los demás ante los conflictos.
No estoy dispuesto a soportarlo más, nadie me apoya en esto, nadie me ayuda, prefiero estar solo, tú verás lo que haces, si abandonas no vuelvas…, son sus modos de comunicarse ante un problema.
Requiere trabajar sus temores más intensos, su miedo a la soledad y su rechazo al contacto físico.
Afecta al TENER y al HACER.

Herida de humillación:
Los adultos que tuvieron experiencias de todo tipo de abusos, incluyendo el sexual, o experimentaron humillaciones, comparaciones o que fueron ridiculizados, avergonzados por su aspecto físico, por sus actitudes y/o comportamientos durante su niñez, suelen llevar esa carga a cuestas y la mayoría de las veces son seres inseguros, tímidos e indecisos que en lo más profundo de su ser se sienten culpables y no creen tener derechos elementales, e incluso pueden dudar de su derecho a existir.
La conducta principal es de dependiente. Es orgulloso, rígido y masoquista, generando cierto placer en el sufrir. Necesita estar atado a otras personas y cargar con los problemas de los demás.
No lo merezco, no soy digno, soy muy poca cosa para esto, no tiene importancia… son algunos modelos que usa habitualmente para expresarse
Requiere trabajar la dependencia, la libertad y el desapego. Es lo que más desea y a la vez lo que más teme.

Herida de traición:
El adulto con herida de traición será un desconfiado empedernido, ya que no se permite confiar en nada ni nadie. Su mayor miedo es la mentira y buscará de manera inconsciente involucrarse en situaciones en las que irremediablemente será traicionado. Cumpliéndose la profecía que él mismo decretó: “No confíes en nadie, todo mundo traiciona”. La mayoría de quienes experimentan celotipia tuvieron vivencias de traición en su niñez.
La principal conducta es la de controlador. Le gusta tener el control sobre los demás para así evitar ser traicionado. Su carácter es fuerte para justificar su capacidad de control y le gusta manejar grupos. Los mayores miedos del controlador son el disociarse de sí mismo y separarse o perder a su pareja.
Suele confirmar sus principales temores provocando que se produzcan.
Permíteme terminar, aún no he acabado de hablar, ¿me entiendes, verdad?, ten confianza en mí, déjame que lo haga solo, yo lo sé hacer bien, justamente es lo que quiero, exactamente es lo que tienes que hacer, tienes lo que te mereces, es la forma común de comunicación del controlador.
Requiere trabajar su paciencia, su tolerancia y vivir el momento presente. Aprender a estar sólo y a delegar responsabilidades de manera efectiva y confiadas son sus principales retos.

Herida de injusticia:
Experimentar la inequidad es el peor enojo de quien tiene herida de injusticia, y es posible identificar a quienes la han vivido en su niñez al observar las reacciones desproporcionadas y neuróticas ante alguna situación injusta. Todas las personas en algún momento hemos vivido o presenciado situaciones injustas, sin embargo a quienes tienen la herida les es imposible lidiar con ello y sus reacciones tienden a la autodestrucción. Una de las características más importantes es su gran temor a equivocarse y su tendencia a buscar la perfección, lo cual les trae mucha frustración y su gran reto para sanar es buscar la flexibilidad y la humildad.
Su principal conducta es la rigidez. Intentan ser muy importantes y proyectar fuerza y poder. Fanáticos del orden y de conducta perfeccionista, solo confían en sí mismos y les cuesta tomar acción. Le gusta dar órdenes y dirigir.
Justamente eso es lo que quiero, exactamente es lo que debes hacer, creo que es justo, estás de acuerdo conmigo… es la manera de comunicar más común.
Requiere trabajar su desconfianza y su rigidez mental. Generar flexibilidad y confianza hacia los demás es su mayor reto.

Desafortunadamente, cuando nos negamos la oportunidad de trabajar en la sanación de estas heridas, estaremos repitiendo patrones conductuales enfermos que a nosotros nos dañaron en nuestra niñez y de forma inconsciente se perpetuará el círculo vicioso del cual hemos huido, dañando ahora a nuestros hijos. Las heridas se muestran en nuestra comunicación llena de chantajes, manipulación y control, afectando así la calidad de nuestra relación con ellos.
Lise Burbeau – Las cinco heridas que impiden ser uno mismo