domingo, 20 de septiembre de 2015

El Internet evolutivo

La ciencia moderna empieza a revalidar un antiguo conocimiento. Las energías sutiles que dan forma a las diversas manifestaciones de la vida empiezan a modificarla tal como la conocemos. Numerosos mensajes dejados por los sabios de la antigüedad nos advierten de los cambios por venir.




NOTA ORIGINAL PUBLICADA EN LA REVISTA EL PLANETA URBANO, SECCION PLANETA-X
La ciencia a finales de los años ‘50 estableció que toda la materia física está formada por energía consciente, la cual es conocida como “éter” o energía etérea. La palabra éter significa “brillo” en griego y podríamos definir a este tipo de energía como la realidad fundamental de lo no visible. Estos reinos de lo sutil ya eran conocidos por las ciencias ancestrales y por los sabios de la antigüedad. Los trabajos de los filósofos griegos, como Pitágoras y Platón, mencionaban la existencia del “éter”, como también los antiguos escritos Vedas de la antigua India hablaban de este tipo de energía, la cual era llamada “Prana” o “Akasha”. En Oriente era conocido como “Chi” o “Ki” y se le atribuía una importante interacción con la salud del ser humano, especialmente en la acupuntura.
Los científicos contemporáneos tomaron conocimiento de las energías sutiles y, aunque no se vean, las aceptaron como parte primordial de la existencia. Hoy en día reciben nombres como “Materia oscura”, “Energía de punto cero” y “Campo cuántico”.

LA VERDADERA MATRIX

El científico padre de la física cuántica, Max Planck, fue el primero en utilizar el término “Matrix” para definir al campo de energía que sostiene a la realidad. En 1944 sostuvo que no existe la materia como tal, sino que sería ni más ni menos que una forma densa de la energía. Según la ciencia existen una serie de estructuras en el éter, las cuales organizan el flujo energético dándole forma de patrones específicos. Los Sólidos Platónicos (Tetraedro, Cubo, Octaedro, Dodecaedro e Icosaedro) serían esos patrones dentro del éter que organizan a la energía para darle formas determinadas a la realidad que vemos y tocamos.
Los arqueólogos han encontrado estas formas, conformadas por figuras geométricas, en muchos y variados templos de diferentes culturas alrededor de todo el mundo.
La figura conocida como “La flor de la vida” era uno de los símbolos más importantes en la antigüedad y era la representación figurativa de estas verdaderas autopistas en las que la energía vital da forma a la materia de vida. Hasta el mismo Leonardo Da Vinci dedicó muchas horas de estudio a esta hermosa figura geométrica. Fueron los hombres de ciencia rusos los que comprendieron que la Flor de la vida era la estructura básica de la vida en cualquiera de sus formas de expresión.
Más increíble aún, es que estudios realizados por físicos cuánticos en Rusia aseguraron que los Sólidos Platónicos son estructuras geométricas compuestas de “música cristalizada”, las cuales se ordenan naturalmente y adoptan sus características morfológicas en el éter cuando éstas pulsan en su frecuencia específica. Este era un secreto muy bien conocido por los grandes maestros de la música clásica, que en sus composiciones no solo se dedicaron a hacer melodías, sino que también creaban frecuencias que eran capaces de reordenar los patrones geométricos en el éter. Las propiedades armonizadoras de las obras maestras de la música clásica eran utilizadas para devolver a la realidad humana la perfección con la que había sido creada.
Otro punto importante a la hora de comprender la composición de la Matrix es que los Sólidos Platónicos son en sí mismos los 4 elementos: Tetraedro = Tierra, Cubo = Agua, Octaedro = Aire, Dodecaedro = Fuego y el Icosaedro sería la caja de contención, el éter.

LOS 4 ELEMENTOS DEL APOCALIPSIS

Así como la acción humana sobre el planeta fue creciendo en desarmonía, es decir, la tecnocracia irrumpió en el equilibrio de la Matrix, la Tierra paulatinamente fue desestabilizándose de su propia frecuencia. El hombre creó su propia Matrix y con ella una línea de tiempo que progresivamente se aleja de los patrones del tiempo de la creación original. Todo esto sucedió hace aproximadamente 13.000 años; y llegó el tiempo en el que, con el fin de un ciclo galáctico, el cosmos empiece a poner las cosas en su lugar. Si lo que el hombre hizo fue desestabilizar los elementos, serán los mismos elementos los que lo juzgarán. El Aire, la Tierra, el Fuego y el Agua -en la forma de desastres naturales- buscan, como anticuerpos, curar el cuerpo de la Tierra, enfermo por la acción antinatural del hombre.
El planeta comienza a responder a ciertas energías que provienen del Sol, astro regente que durante los últimos 50 años aumentó paulatinamente su intensidad, así como también sus ciclos de actividad. El éter comienza a llenarse de nuevos patrones de energía provenientes del Sol que, como sinfonías de Mozart, reordenan y armonizan los patrones que conforman la Matrix, realineando al planeta y a todos los seres vivos en la línea original de la creación.

LOS CANALES DE COMUNICACION DE LA MATRIX

La gran cuestión evolutiva es si el hombre mismo permitirá ser curado. Una nueva frecuencia arriba al planeta como si fuera un programa “antivirus” que limpiará nuestro software de tantos abusos y desviaciones de las leyes de la naturaleza. “Muchos serán llamados, pero pocos los elegidos” dijo Jesús. Pero nadie nos juzgará, más que nosotros mismos, ya que quien no decida sintonizarse con las nuevas frecuencias de energía difícilmente pueda pasar por la estrecha puerta que se abre hacia una nueva Tierra rejuvenecida y que solo aceptará a quienes estén dispuestos a vivir en armonía y envueltos en la más poderosa energía que existe: el amor.
El biofísico molecular ruso, Vladimir Poponin, de la Academia Rusa de Ciencias, descubrió que el ADN humano es como un Internet biológico superior en muchos aspectos al artificial. ¿Qué significa esto? Que nuestro ADN puede acceder a la Matrix y “bajar” los nuevos patrones energéticos que están transformando el planeta. Pero lo que Poponin también descubrió, es que aquellos que se encuentran sintonizados con estados de odio o miedo y que no expanden su conciencia, neutralizan inconscientemente su ADN, cerrándose a esta verdadera actualización del software biológico. Esto significa que todo aquel que se resista a cambiar su óptica de la vida, estará automarginándose de la experiencia evolutiva. Se cree que el ADN capta la información contenida en los patrones de energía consciente provenientes del Sol y los retransmite a nuestra propia conciencia.
El estrés, las preocupaciones o un intelecto hiperactivo también entorpecen la comunicación exitosa con la Matrix, o bien la información se distorsiona y se vuelve inútil.
Nuestras células, que vibran en armonía con los ciclos planetarios, buscan sincronizarse con el nuevo patrón de energía terrestre. Esto produce enormes cambios en nuestro comportamiento. Se aceleran nuestros ritmos biológicos, creando estados emocionales cada vez más intensos y alterando los patrones de comportamiento.

Las investigaciones de los rusos nos obligan a pensar que los seres vivos se comunican unos a otros en un proceso vía ADN y que en todo el Universo existirían redes de energía por intermedio de la cual fluiría la información. La naturaleza de este campo unificado es la que permitiría la existencia de la conciencia colectiva. De ser cierto esto, significaría que un cierto número de personas focalizadas en un mismo nivel de conciencia afectaría el nivel de conciencia del resto. Esto funcionaría tanto para bien como para mal.

LA MUSICA DE LAS ESFERAS

A pesar de que los gobiernos del mundo dan como único responsable al hombre como causa del calentamiento global, la NASA comienza a admitir que el Sol emite ondas de ultrasonido que son la causa fundamental de la alteración de las condiciones del “tiempo” en el espacio. Estas frecuencias en cuestión son 300 veces más altas que el punto mínimo audible por el oído humano, y los científicos que las estudian determinaron que estas ondas de ultrasonido son capaces de alterar la composición del universo físico.
La antigua cosmología establecía ya en el Medioevo que a cada esfera planetaria le corresponde una nota diferente en la escala musical universal. Los tonos que estos cuerpos estelares emiten dependen de los radios de las diferentes órbitas, al igual que el grosor y la disposición de las cuerdas lo hace en un arpa y determinando sus diferentes tonos. Platón, Pitágoras, Pliny y Ptolemy antiguamente tenían conciencia de este conocimiento, mientras que Beethoven, Bach y Mozart lo utilizaron para crear sus armónicas piezas musicales. Lo relevante del caso es que, si la realidad está conformada por frecuencias, una elevación en las mismas por causa de incrementos energéticos cósmicos podría estar cambiando el estado existencial de la materia tal como la conocemos. Es decir, que el planeta podría pasar de una tercera dimensión hacia un cuarto estado. Esto involucra también a la vida.
Todo aquel organismo viviente que logre elevar su propia frecuencia de existencia “pasará de grado”, mientras que aquellos que no lo logren se extinguirán. Ya muchas especies lo están haciendo por culpa de la interferencia que causa el hombre en las “autopistas” del éter. Las frecuencias electromagnéticas que nos permiten disfrutar de los programas de televisión y radio, como las ondas que nos permiten comunicarnos por telefonía celular, están utilizando la misma Matrix que utiliza la vida para establecer lo que se conoce como Biocomunicación. Si encontramos que las ballenas quedan encalladas en la costa debemos aceptar que es por nuestra culpa, ya que llenamos de interferencias sus canales naturales de orientación. Cada uno de nosotros es responsable de bloquear el flujo natural de las energías provenientes del cosmos.
El gran error de la Humanidad es creer que la evolución se consigue mediante el desarrollo tecnológico. El ser humano puede crear sintéticamente y externamente. Pero ese proceso externo no requiere el uso del amor, sino del conocimiento. Esto nos conduce irremediablemente -bajo leyes universales- al estancamiento evolutivo y al riesgo de extinción como especie. La limitación de los procesos externos es que se basan en lo racional y lentamente degradan el uso de los cuerpos emocionales y la espiritualidad, que son la única llave que abre el acceso a los estratos superiores de la existencia.
Brad Hunter